jueves, 3 de septiembre de 2015

TEORÍA DEL ARRIMÓN

ARRIMONES ANTIGUOS Y ARRIMONES MODERNOS

Los arrimones de Perera provocan división de opiniones. Ha llamado la atención esta foto de un arrimón suyo en Almería:


Perera en Almería, el toro es de Núñez del Cuvillo

Para nosotros, la teoría del arrimón está clara. Sólo hay dos tipos de arrimones, el que tiene valor y el que no vale nada. Y es fácil distinguirlos: el que tiene valor se sigue con el corazón en vilo y el espectador está deseando que acabe por el mal rato que está pasando ante la posibilidad de una tragedia. El que no vale nada pasa de lo sublime a lo ridículo y el espectador desea que termine de una vez porque es una comedia barata.


El Juli en Pamplona, toro de Garcigrande

Si uno fuese torero, no haría nunca un arrimón de estos ante torillos agotados porque dan vergüenza. Y si uno fuese ganadero de ´toros de arrimón moderno´, no saldría de casa durante meses ni a comprar el pan, también por la sensación de vergüenza.


Perera en Huelva, el toro es de Ana Mª Bohórquez

El creador del arrimón moderno sin valor fue, en nuestra modesta opinión, Paco Ojeda. Él necesitaba el toro adecuado para sus faenas encimistas. Por definición, había de ser un toro bastante aplomado. Dicen los que lo defienden que sus arrimones eran válidos porque los hacía ya al inicio de faena. En cambio, los de nuestras figuras son al final. Puede ser, pero los arrimones de Ojeda tampoco se vivían con miedo:


FOTO: https://eltoroporloscuernos.blogspot.com

Vean este cartel de abajo porque los tres que se anuncian sí protagonizaron arrimones que mantenían al respetable en vilo:



Recuerdo un arrimón de Manili a un sexto toro de Martínez Benavides en Tarragona. Era un marrajo de cuidado y allí estaba el bueno de Manili jugándose abiertamente la vida cuando la gente empezaba a desfilar, había un montón de turistas que no entendían nada y él no tenía ninguna necesidad de arriesgar la vida en una plaza como la mía.



Cuando Manili empezó a ganar dinero siguió igual y recuerdo otro arrimón terrorífico en Madrid, creo que en otoño, que se vivió con permanentes y sonoros gritos femeninos desde el tendido. Y Manili, riendo, cayendo directamente en la temeridad.

Otro que se arrimaba temerariamente y se reía fue el malogrado Antonio José Galán. Y Dámaso González también se arrimó valerosamente a toros difíciles muchas veces -aunque el albaceteño se arrimaba a todos, no tenía ningún problema-.



El rey del arrimón de mérito fue, para nosotros, Ruiz Miguel. Él se arrimó muchas veces cuando había dominado toros que, hoy en día, se irían sin torear porque, tras cuatro mantazos, el diestro miraría al tendido como diciendo ´¿lo ven? No hay nada que hacer´ y el público actual, en lugar de silbar, lo aplaudiría.



Y aquí llegamos al meollo del asunto: el arrimón de mérito tiene que venir tras dominar un toro contra el que se ha luchado y, al final, se ha podido con él. Algunos justifican a nuestras queridas figuras diciendo que sus arrimones son el producto de una lidia poderosa en la que han vencido al toro.


El novillero Sebastián Ritter en Madrid, el novillo es de Carmen Segovia

Permítannos que lo dudemos por la sencilla razón de que incluso sus penosos turiferarios habituales reconocen que los toros de esos arrimones no tenían raza, eran descastados, estaban aplomados o eran, directamente, unos marmolillos. Repasen ustedes las crónicas que encuentren de corridas con arrimones de nuestras figuras y lo confirmarán.

El Juli en Bilbao, el toro es de Garcigrande

En esta red social que con el nombre lo dice todo, hay un comentario de un aficionado que no firma pero que debe de ser mexicano del cual copiamos unos párrafos para despedirnos. habla del arrimón moderno:

"Sólo tengan un poco de memoria: ¿cuántas cornadas han visto por lidias en las que el muslo del torero está pegado al hocico del toro, en el popular "arrimón"? Esta destreza de pegarse a la visual del toro, siempre ocurre cuando el animal está totalmente parado, sin ganas de embestir ni de soltar la cabeza. Lo peligroso, la gran mayoría de cornadas, ocurren cuando el toro embiste, como es lógico.Un toro parado es el que no embiste, y al que se le arriman porque no hace por el torero. Cuando esto ocurre, lo que hace el matador es taparle la visual al animal, que no ve nada más que una gran mancha. (...)



Perera en Madrid, el toro es de Las Ramblas

"La gente interpreta que el torero está jugándosela como nunca, pero en realidad está engañando a la audiencia al alargar una faena con un toro que no es peligroso ya, dentro de los límites del término (todo toro es peligroso siempre, pero no nos pueden vender lo de la foto como el riesgo máximo que corre un torero). En mi experiencia personal de noches viendo tauromaquia mexicana desde hace más de seis años, nunca he visto una cornada por arrimón, por ejemplo.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.



6 comentarios:

  1. Acabo de leer su entrada sobre “los arrimones” y estoy totalmente de acuerdo.
    Una cosa es un desplante, enseñando el pecho, como acto de valentía de culminación de una faena meritoria, y para demostrar que además de arte se atesora valor, y otra muy distinta es el arrimón ante el marmolillo moribundo tras la nada…
    Pero es lo que se lleva ahora cuando ¡todo es más falso que un duro sevillano!
    Tienen razón el aficionado mexicano, no conozco ningún percance en los arrimones modernos, al igual que no hay percance alguno registrado en los encierros de los sanfermines en la calle Calderería (permítame Rafael la broma local. La calle Calderería es paralela a la calle de la Estafeta, y obviamente no se ha corrido nunca el encierro por ella).
    Me ha traído recuerdos nostálgicos su entrada. Ver al Maestro Damaso (sin acento, pronúnciese Amaso) me retrotrae a una época pasada. Podía con todo. Era un jabato. Probablemente no era un toreo estético, ortodoxo, pues era chiquitín y se retorcía, pero en la entrepierna llevaba buenos atributos, y como Manili solía ponernos los nuestros en la nuez de la garganta… Emoción toda, y el vello erizado en los brazos, rogando a Dios que terminase cuanto antes aquel desplante entre las astas de un toro aún entero para acometer…
    Recuerdo un estoconazo del bueno de Manuel Ruiz "Manili" a un pedazo de Miura, aquí en Pamplona, del que salió Manuel por los aires y con el nudo del corbatín en el cogote y con el aspecto del Ecce Homo. La gente decía horrorizada, temiendose lo peor, gritaba : "¡lo ha matao, lo ha matao! Sin saber si se referían al Miura o Manili... Y vaya si lo mató. En segundos el toraco rodó como una pelota... Tenían lo que hay que tener, y sus desplantes tenían verdad.
    Esa es la diferencia, en mi modesto entender, que Ud refleja muy bien en su entrada, y en el cartel que trae a colación de Barbastro, donde aparecen tres diestros valientes y auténticos.
    Algunos arrimones que se ven hoy, donde el torete recula, o justamente se tiene de pie, ya moribundo, producen hilaridad, sino pena, y ello quizás puede entenderse en un novillero o un modesto que pretende justificarse, pero no es de recibo en las figuras cuando además ya les ponen babosillas tontorronas para su mayor lucimiento.
    Le animo a seguir en la brega Rafael. Un cordial saludo

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    1. Me alegro de que coincidamos. Digamos que todo se resume en una frase: el arrimón auténtico da miedo y el arrimón falso da pena. Eso es todo.

      A Dámaso se le hizo justicia una vez retirado, recordemos que Vidal decía que era el creador del toreo moderno. Hablaba de que los dos cambios fundamentales en la historia del toreo eran Belmonte y Dámaso González. Yo coincidí una vez con el albaceteño y, con gran modestia, se rió a gusto cuando se lo comenté.

      Pero ojo porque el cruel público de Las Ventas le contaba los pases en plan de burla ¿lo recuerdan?

      ¿Por qué no se los cuentan hoy a Perera?

      Reciba un cordial saludo.

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  2. Aunque se salga algo del tema del arrimón ya que Ud Rafael cita al Maestro Dámaso González, es bien cierto que con él no se fue justo muchas veces y especialmente algún sector de las Ventas ( generalizar es injusto y muchas veces falso) que efectivamente demostraba sus fobias contra algún torero en cocreto.
    Recuerdo la especial inquina que mostraban desde que pisaba el ruedo para hacer el paseíllo Palomo Linares, un torero que sabía torear, como sabía Dámaso, en otro estilo por supuesto. A Palomo nunca le perdonaron el rabo que cortó en esa plaza, y que a un sector le pareció excesivo, y se lo hicieron pagar con creces. Otros muchos toreros han tenido "división de opiniones" en las Ventas, desde Curro, pasando por Ponce o Francisco Rivera.
    Los públicos, y el de las Ventas no iba a ser menos, tiene sus fobias y sus filias e incluso sus caprichos y cuando a un matador le cogen ojeriza pues resulta muy complicado recobrar la objetividad...a fin de cuenta esto tiene mucho de pasión y esta no siempre admite la objetividad. Así es mal que nos pese.
    Pero si Dámaso fue un gran torero, un lidiador honrado, que nunca volvió la cara y que le hacia frente a todo ¿Creador del toreo moderno? ¿Equipararlo a Belmonte? Acaso sea excesivo, pero no es menos cierto que tenía un estilo propio. Y dentro de su estilo dominador, solía terminar con un desplante una vez dominado el toro. Lo que hacía tenía EMOCIÓN y eso tan sencillo y tan básico ponía la diferencia con el arrimón actual que es un mero sucedáneo.
    Esto tiene una regla de oro, lo que se hace delante del toro cobra importancia en función de la integridad de lo que se tiene delante y es sublime cuando ante lo que se hace es un TORO BRAVO.Ante la "tonta el bote" tiene mucho menos mérito, evidentemente.
    Saludos

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    1. Si es seguidor de nuestro blog habrá visto que, por encima de todo, aquí se ganan nuestro respeto los toreros que no hacen ascos a ninguna ganadería, independientemente de que toreen mejor o peor. Dámaso era de esos por esa razón tendrá siempre nuestro respeto aunque pueda gustarnos más o menos.

      Y a la plaza de Las Ventas siempre le he reprochado precisamente esas filias y fobias porque la mayoría de las veces eran sin criterio. Quiero decir que lo que protestaban a unos (toreros o toros) a otros se les pasaba por alto. Y así siguen hasta hoy aunque con mucho menor conocimiento porque, en eso estará de acuerdo, la plaza de Madrid está a día de hoy bajo mínimos.

      Y se hacía un seguidismo a veces correcto pero otras veces discutible de lo que decía Navalón o lo que vociferaba El Lupas. El problema es que mantener una posición ecuánime es difícil y ahí cantaba la gallina muchas veces cuando, como le digo, lo que a unos se les criticaba a otros se les consentía.

      Un saludo cordial.

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  3. He dado una vuelta al ruedo de este Cuaderno (por mi cuenta ,como se dan hoy la mayoría en ruedos de verdad) Y me ha dejado una muy grata impresión.
    Aquí se "huele" a que se chanela de esto y sobre todo,las críticas que se hacen se fundamentan en el conocimiento del asunto y,sobre todo en la demostración vía imágenes y explicaciones claras y concisas.Enhorabuena.
    Mientras dure,porque soy un convencido que aunque la Fiesta esté ya muerta, a este residual le quedan cuatro días a pesar de los optimistas que nos llaman pesimistas y que a lo que hemos visto en Bilbao le llaman Plaza medio llena.
    Cuente con un lector fiel.
    Un saludo

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    1. Muchas gracias, hombre. Cuando desde aquí criticamos algo intentamos argumentarlo y demostrarlo. Y cuando las cosas se hacen bien también lo decimos, ojo. El problema es que menudean más las trampas y los alivios que la afición y las ganas de hacer las cosas como Dios manda.

      Estamos totalmente de acuerdo en que este es un espectáculo que tiene las horas contadas. Por eso no perdonamos nunca nuestra asistencia a Céret o a Vic donde se intenta conservar la corrida con cierta pureza.

      Saludos cordiales.

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