miércoles, 11 de febrero de 2015

LA CHICUELINA ¿ES TOREAR?
 
El amable lector pensará 'a ver con qué manía nos sale éste'. Quizás lo primero sería definir qué es torear con el capote para ver si las chicuelinas, tal como las realizan los diestros actuales son un ejemplo de ello o no. Para quien esto firma, torear es llevar al toro en los vuelos del capote con mayor o menor temple y desplazando su viaje con un suave juego de brazos y piernas.
 
Paco Camino en Madrid
 
Cañabate decía que los toreros toreban mal de capa, limitándose a dejar venir y dejar ir al toro acompañándolo con un simple y feo juego de brazos. Con la chicuelina ocurre hace tiempo que no se lleva al toro toreado sino que se le propina una suerte de telonazo de dudoso mérito. Este es Luis Procuna:
 
 
 
Dicen que la inventó el valenciano Llapisera, el torero cómico.
 
 
Otros dicen que fue Manuel Jiménez Moreno, hijo y padre de toreros apodados como él 'Chicuelo'. Precisamente en el interesante libro de José Luis Ramón 'Todas las suertes por sus maestros' el hijo de éste, Rafael Jiménez Castro cuenta que en 1920 su padre estaba dando una verónica cuando el toro se le venció y tuvo que improvisar dándose la vuelta y quedándosele el capote enroscado. Su banderillero le haría notar después que la situación había sido muy vistosa y la acabaría perfeccionando ante el espejo. El toro era el de Granero, de la ganadería de Guadalest, y Chicuelo hacía el quite que le correspondía. Este es Chicuelo:
 
 
Quizás el nombre más adecuado sería 'navarrilla', aunque en la chicuelina el diestro gira en sentido contrario.
 
Manolo Escudero, a un pablorromero en 1949
 
El caso es que el hijo de Chicuelo da la clave: hay que comenzar como un lance normal de capa, TOREANDO, y girar cuando el toro esté en mitad de la suerte. Insisto, toreando. Hoy se ha convertido en un mantazo donde no se torea porque no se manda sobre el toro.
 
Macareno en 1968
 
Hay discusiones sobre la posición de los brazos. Si el inicio es como un lance, deberían ir como en una verónica y el de salida quedaría un poco más alto al girar -algunos dicen que a la altura incluso del hombro-.
 
 
El mexicano Rafael Rodríguez, de novillero
 
Diego Puerta a un  miura en Sevilla
 
¿Y si hacemos una chicuelina con las manos bajas y los brazos desmayados? Sería el mismo efecto que lancear a la verónica arrastrando el capote por el suelo. Pero ojo porque lo que en apariencia parece feo a la vista lo interpretaba Bienvenida de esta manera tan garbosa -no extraña que lo denominasen quite de la escoba y no chicuelina-:
 
 
Insistía el hijo de Chicuelo en que si se colocan las manos bajas 'no se lleva toreado al toro'. Fíjense en su insistencia en torear al toro, no pegarle un vulgar telonazo. Por cierto, hablando de manos bajas, vean esta ¿media? verónica de Manolo Vázquez de novillero:
 
 
Los que lo vieron, dicen que la mejor chicuelina fue la de Camino. Suyo fue el célebre 'quite de Aranjuez' el uno de mayo de 1965. El toro era del Cordobés y estalló la división en la plaza: unos, '¡Manolo, aprende!' y otros, '¡Eso que lo haga en su toro!' Este fue el quite (observen en la primera foto cómo lleva toreado al toro con su mano derecha):
 
 
 
Y esto lo que pasó en la barrera:
 

La chicuelina no es cosa de hombres. Esta es Juanita Cruz de novillera en Barcelona (1934):
 
 
Yo creo que la chicuelina como debe ser, o sea, toreando, tendría que iniciarse como si se fuese a dar una mezcla de verónica y delantal, esto es, con los pies juntos como en el delantal pero dando el medio pecho como en la verónica.
 
Se echa el capote delante y, cuando el toro ha entrado en jurisdicción, se sigue interpretando el lance como si fuese el citado delantal o la verónica para iniciar el giro a la mitad del mismo. El capote quedará pegado a la espalda y el diestro en posición de hilar otra chicuelina tras acabar el giro. Es la forma de que no sea lo que 'Clarito' calificaba como 'semilance recurrente y aliviado'.

Respecto a las manos, pienso que lo más vistoso sería ir bajándolas no de inicio sino conforme avanza el lance. Otra vez Camino:
 
 
Atención a este documento histórico. Es Rafael Guerra 'Guerrita' en una chicuelina a una vacona en un tentadero:
 
 
Aunque Manzanares no sea en absoluto santo de mi devoción, debo reconocer que sus chicuelinas probablemente son las mejores hoy en día. Véanlas aquí el año pasado en Bilbao donde, a mi modesto entender, da sopas con honda en el quite a Morante (minuto 53'22'').

Algún amable lector dirá que ante el desolador páramo en que actualmente se encuentra el tercio de quites, ya va bien introducir variedad aunque sea a base de chicuelinas convertidas en insufribles mantazos.

Hombre, yo soy de la opinión de que la verónica bien dada rematada con una media (una ¡no tres para destroncar el toro!) o  en su caso una revolera si el toro está aplomado es más que suficiente para levantar al público de sus asientos.
 
 
La variedad con el percal es muy agradable -como saben especialmente los amigos mexicanos de este blog- pero, puestos a hacer chicuelinas, creo que no cuesta mucho hacerlas bien y evitar el mantazo. O sea ¡hacerlas toreando!

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
 
Feria de Albacete, 2014
 


6 comentarios:

  1. Yo creo que el mérito en los toreros modernos, mas que sea estético o mandar, es quien se lo pasa más cerca, lo que produce en publico un ¡ Huy !que les mantiene en alerta, algo así como con la muleta el pase de las flores o el péndulo en los medios, o las manoletinas y bernardinas al final de la faena. Esta claro que para un buen aficionado, vale más un buena media o un natural en condiciones, que todo este tipo de pases. Pero como los toros modernos, andan faltos de casta y de motor, los toreros tienen que inventarse algo, para que los bostezos y el aburrimiento se adueñen de los tendidos.

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  2. Muy interesante la definicion de este lance,aunque como bien dices basta con hacer tres veronicas templadas y rematar con una media,dado que tambien hay distintas maneras de interpretarla,me quedo con la media a pies juntos(Morante) y la del maestro "Chenel".
    Saludos!!!

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  3. A Bragaomeano: estoy de acuerdo. Y ojo porque la falta de casta y de motor está afectando también a ganaderías supuestamente duras.

    A Andrés: entre esas dos medias hay un abismo favorable a Chenel. Para mí, al toreo con los pies juntos le faltará siempre hondura porque no se puede rematar bien el muletazo. Como no puede tener hondura, hay que conformarse con que tenga gracia y para eso hay que haber nacido en Sevilla. Por eso 'le perdono' el toreo a pies juntos a la familia Vázquez, uno de cuyos integrantes hemos visto en esta entrada de novillero.
    Saludos cordiales.

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  4. Amigo Rafa, la primera foto de Paco Camino de ACHO corresponde a la Plaza de Acho de Lima, año 1966.
    Saludos,
    Pocho

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  5. Hola Rafa, leyendo este post y releyendo el de “cargar la suerte”, me surge una duda insoportablemente aporética...

    SI TOREAR ES CARGAR LA SUERTE

    Y A PIES JUNTOS NO SE PUEDE CARGA LA SUERTE

    COMO SE PUEDE TOREAR DANDO UNA CHICUELINA ?

    Teniendo en cuenta que nos referimos a las chicuelinas ejecutadas según los cánones, a pies juntos, no como José Tomás en sus última comparecencias en las que abre el compás.

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    Respuestas
    1. Torear son muchas cosas pero una es básica como digo en la entrada: desplazar el toro de su viaje natural, violentarlo. Recordemos aquello de obligarlo a ir por donde no quiere ir. La forma más pura de hacer eso sería cargando la suerte.

      Luego habría un toreo donde el desplazamiento sería menor y por tanto no tan hondo: el toreo a pies juntos o el toreo en línea.

      Y en último lugar tendríamos el toreo de adorno o, como decía Bleu, 'de filigrana'. Ahí no se desplaza al toro de su viaje sino que se aprovecha su inercia para el telonazo o incluso el mantazo. Pertenecería a este tipo de 'toreo de filigrana' los pases del celeste imperio, el de la muerte, el molinete e incluso el de trinchera, que despectivamente se empezó a llamar trincherazo precisamente por despreciarlo. El citado Bleu lo critica igual que los adornos de El Gallo donde no se llevaba al toro toreado, o sea, no se le obligaba a variar su viaje.

      Domingo Ortega mejoró el pase de trinchera y hoy se acepta aunque muchas veces es un trallazo. Pues con la chicuelina pasa lo mismo: puedes coger el toro delante y llevarlo toreado, metido en la tela y quitársela en el último instante. O puedes limitarte a poner la capa para que a su paso se la lleve por delante aprovechando su inercia. Lo primero sería torear y lo segundo, una filigrana puede que vistosa pero de poco valor.

      Respecto a abrir el compás, también lo hace El Juli en ocasiones. Pero en este lance las piernas da igual cómo las tengas, la cuestión es cómo juegas con los brazos.

      Saludos.

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