domingo, 17 de marzo de 2024

COPA CHENEL, 2024 (1): ALCURRUCÉN - EL VELLOSINO

QUE PENALICEN LOS AVISOS 

Y contados sin compasión, a partir del clarín. Si el diestro pierde tiempo brindando o esperando que le cierren el toro, con su pan se lo coma. Hasta ahora penalizaban aunque contaban a partir del brindis. Como el año pasado hubo polémica con Borja Jiménez, en 2024 han decidido que pelillos a la mar en este tema. Pues no. Hay que evitar que los toreros nos castiguen con corridas de más de 160 minutos como ésta de Cercedilla. Nuestro radicalismo contando el tiempo lo haríamos extensivo a todas las plazas (si nos dejasen incluso bajaríamos los diez minutos a ocho y nunca contando a partir del primer pase sino, como decimos, del toque de clarines).

Si usted, desocupado leyente, tiene cosas mejores que hacer, olvídese de leer lo que viene a continuación porque no se perderá nada y se indignará viendo algunos pitones. Hombre, si es afiliado o simpatizante de la Asociación El Toro de Madrid, vaya directamente a la conclusión ya que le pegaremos sin acritud un toque a cuenta de su publicación recordando a Victorino.

En la Chenel de ayer se lidiaron tres de Alcurrucén, impresentables, y tres de El Vellosino, sin trapío pero con defensas que dejaban en ridículo a las de los núñez. Comparen:




Señoras y señores, ¿no estamos en un certamen que organiza la Fundación EL TORO DE LIDIA? Pues un poco de respeto primero al aficionado y después al propio toro porque esto de otro de Alcurrucén pensamos que es humillante para ambos, el que viene de la taquilla y el que viene del campo:



La suerte de varas se simuló con un total de siete. No entendemos que haya que poner después seis banderillas a cada toro. Si los rehiletes son avivadores para espabilar al toro tras el quebranto en varas y no ha habido tal, ¿por qué no abreviamos?

Los tres diestros torearon con las taleguillas reforzadas. Costales no tuvo problemas en la presidencia aunque nos hubiera gustado que impusiera una línea de mayor exigencia en la casquería. Ni nos planteamos que al terminar la corrida se quedase a precintar cuernos y mandarlos a Canillas. Si los envió, estaremos encantados de rectificar. 


LUIS DAVID ADAME. Su primero era un toro de Vellosino, negro, basto, badanudo, gordo, con poco cuello y mucho balano, con pelo de invierno y cornalón, en puntas. 



Mostró de salida máxima humillación. Trámite en varas con gran desidia y con monopuyazo español. Después, vulgaridad en tres pares clavados con violencia por el maestro. 

El toro era un bombón, blandito y dócil. Adame toreó de salón pero sin despertar nuestro interés por la poca entidad del enemigo, que en realidad era un amigo. Honda caída y atravesada, recibiendo pero no con pureza porque se movió y convirtió la suerte prácticamente en a un tiempo. Orejilla de todo a cien.



Su segundo de Alcurrucén era un colorado ojo de perdiz, silleto, acochinado y casi brocho. Vean qué carita, era para ser lidiado por aficionados prácticos y no por la pomposa Fundación:



Monopicó el maestro Cedillo, clavando trasero, barrenando con sevicia y tapando la salida con descaro, toda una lección. 

El animalillo estaba asfixiado ya que no podía con los kilos que le sobraban. El americano quiso darle una importancia que no tenía pero no consiguió evitar nuestra somnolencia.



Estocada delantera, caída más cuatro descabellos. 




ALEJANDRO FERMÍN. El año pasado aguantó a pie firme con una cornada hasta matar el toro de Quintas. Y al de Cáceres también lo recordamos de aquella novillada de patasblancas en Villaseca sólo para toreros machos. Recuerden aquí porque es una de las crónicas que hemos redactado más a gusto, nada que ver con ésta que están leyendo. 

Se fue a porta gayola en su primero, un castaño oscuro, o negro muy chorreado en morcillo, cornigacho y muy pobre de pitones de Alcurrucén. Bueno, algo peor que pobre, ¿no creen?



Alegre pero suelto en una triste entrada. Bien Blanco, con el toro enterándose y esperándole:



Observen cómo cayó ese palo, con el arpón asomando por el pitón izquierdo:



El toro no valía gran cosa y Fermín estuvo por encima, con decisión y esforzándose por rematar bien los pases. Todo fue de ultraderecha, que conste, y con excesivos retorcimientos al final. Eso no es gustarse sino rozar el ridículo. Como torero no creemos que se te aceleren mucho las pulsaciones delante de esa carita...



Entera caída, tendidísima y traserísima, con telonazo y perdiendo la muleta. Dos avisos y deleznable su actitud pinchando al toro con desvergüenza en el morro antes de descabellar. No es el único, ¿por qué hacen eso? Nos perdonarán pero cuando vemos esa infamia estamos deseando que el toro pegue al autor un gañafón asesino que... Nos callamos.



Su segundo de Vellosino era un castaño oscuro, terciado, ojinegro, listón y bociblanco, con carita de niño pero con esos pitones casi extrañamente finos:



Dos largas de rodillas y tres verónicas de paso atrás antes de un simulacro en varas.

El torillo viajaba rebrincadillo pero con nobleza y blandura. Abusó de picar, como ven abajo, y de su derechismo habitual pero lo vimos mejor que a otros que torean mucho más que él.

Con la espada, muy mal: media nefasta perdiendo la muleta y sablazo aún peor. A pesar de ello, oreja de pueblo.




CRISTIAN PÉREZ. Su primero era de Vellosino y lo recibió en chiqueros. Era negro zaíno, anovillado y cariavacado:



Barrenada trasera desesperando al toro, que con su empuje voluntarioso no podía mover semejante caballo y semejante jinete. Y la carioca, que no falte. El puyazo en el espinazo, tampoco, ¡que horror!



Torete tontuelo que iba y venía con la cabeza suelta. Poco interés en el trasteo y excesivas muecas en el diestro. Dos pinchazo malos y entera caída y trasera, siempre sin cruzar y con el saltito que daba ya de novillero y que no ha eliminado. 



Su segundo de Alcurrucén era un colorado oscuro, regordío, que se lidió casi a oscuras. La carita es ésta que ven:



Quiso empujar pero se afligió ante el mamut de Equigarce notando en la piel ese puyazo infame que ven:



Sorprendente segunda entrada donde el pobre cobra en el espinazo y lógicamente se repucha acordándose de la familia de Ney.

Fue el único toro que embistió con ganas de coger el engaño pero tras dos tandas se rajó. En el haber de Pérez, que le dio distancia y en el debe, que muchos muletazos parecieron trallazos.

Echó ciencia para cuadrar al toro, cosa ridícula, como explicábamos en esta entrada. Agarró una entera tendida arriba y se llevó una oreja baratita.




No tenemos intención de comentar toda la copa Chenel porque la verdad es que se nos hace muy cuesta arriba tragarnos estas corridas interminables y con bastantes toros presentados tan deficientemente. Iremos viendo sobre la marcha. Eso sí, los comentaristas televisivos estaban encantados de la vida ya que tienen que vender la moto aunque no tenga ruedas. De los pitones no dijeron ni mu.

Para terminar, dos recados. Uno a los cinqueñistas. En esta corrida hubo cuatro y nadie habría sido capaz de acertar cuáles. Fueron tan ceporros como los cuatreños, o sea que habrá que poner de una vez en cuarentena eso de que el cinqueño tiene un plus. En Cercedilla no hubo plus ni de pitones, ni de trapío, ni de mala intención.

El segundo va para los amigos de la Asociación El Toro de Madrid. Nos mandó un amigo este recuerdo a Victorino Martín Andrés donde subrayamos lo que hemos criticado varias veces desde nuestro modesto blog:



Esa frase no tiene sentido porque en la web la cambiaron. ¿Qué quiere decir eso de que 'cae el toro'?  ¿Donde cae? Durante muchos años figuraba en letras estelares cuando entrabas en esa web la frase auténtica del paleto: SI SE CAE EL TORO, SE CAE LA FIESTA. Eso sí tiene todo el sentido. Sin embargo,  como los victorinos de un tiempo a esta parte empezaron a claudicar más veces de lo debido, alguien de la familia decidió eliminar la frase genuina y poner varias entre las cuales mezclaron ésta ¡pero eliminando sibilinamente el 'se'! Acuérdense de que Cobradiezmos se fue al suelo cinco veces, una de ellas con las cuatro patas en el quite de Morenito.

No, señores, Victorino hablaba de que sus toros no se caían y eso le comportó agrias disputas con los ganaderos comerciales de los setenta y ochenta ya que le respondían que no se caían porque no se entregaban. Todos los afiliados de El Toro que tengan más de cuarenta años tienen que haber vivido aquella polémica. Y los más jóvenes seguro que llegaron a ver la antigua web donde aparecía a toda página la verdadera frase del pobre Victorino, a quien su propia familia tergiversa tristemente:



¿Tenemos razón o no, maestro? Desde el cielo estará diciendo que sí. Tendría que bajar usted por aquí a poner un poco de orden. 

En caso de estar aburridos, pueden releer el homenaje que le dedicábamos aquí el año pasado por estas fechas. Recordábamos las tres corridas seguidas que lidió en Las Ventas donde verán que se picaba con caballos más livianos y que llevaban sólo un ojo tapado (aunque lo que debían de hacer al pobre caballo en el ojo destapado los golfos de la época es mejor no meneallo).

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.





martes, 12 de marzo de 2024

AGUADO - ORTEGA: 1- 0

De momento y por lo menos con la capa. De la muleta hablaremos más abajo. En Castellón Ortega recibió su toro con cinco lances rodilla en tierra en los adentros seguidos por tres verónicas, que no fueron nada del otro mundo, más la media de remate.

Lo curioso es que no salió de esos adentros porque el primer lance lo da a un metro de las tablas y el noveno, antes de la primera raya. Pueden comprobarlo al principio de este vídeo. Observen la raya blanca:



Y aquí abajo tienen el remate, que pega antes de pisar la misma raya blanca, ¡tras nueve lances! Por cierto, por el pitón izquierdo siempre da el paso atrás, tanto con la rodilla como erguido, ya se fijarán. 



En cambio lo que vemos aquí con la capa de Aguado es canela en rama según nuestra modesta opinión. No hay paso atrás, son verónicas plenas de naturalidad, gana terreno al toro y remata con los brazos a la justa altura. La tercera se nos antoja buenísima. Es ésta:





En casi todas el toro va metido en la panza, no en la punta:



Además no le abre la puerta sino que se lo trae a rematar atrás. Ya veremos cuándo volveremos a asistir a un ramillete de lances como éste que nos ha regalado Aguado. Ojo que igual termina la temporada y puede que no haya sido superado.

Hemos hecho abstracción del torete, claro. Viene bien picadito del campo y obedece con sumisión lacayuna ya de salida.

El que veíamos antes de Ortega también era de presencia anovillada aunque tenía un poquito más de brío, no mucho más. Luego, el ingeniero le aplica su toreo rematado atrás que nos recuerda a El Viti (pulsen aquí, cuando hablábamos de cómo remataba sus pases el salmantino). Don Santiago no leerá estas líneas pero lo que él mismo contaba se puede aplicar al trasteo de Ortega:

'Un banderillero me decía si no me daba cuenta de que con el recorrido que pedía al toro terminaba por ahogarse y no me aguantaba. Era verdad porque no es lo mismo torear en línea que en círculo'

Toma, claro. Si toreas p'aquí y p'allá, esto es, en línea y abriendo la puerta, el norit de turno va y viene sin quebrantarse. De ese modo le puedes pegar sesenta pases dejando encantado al público chicuelino, que lo que quiere es amortizar el precio de la entrada contando los pases que ha visto, es decir, disfrutar con toreo al peso y no de peso. Y los críticos paniaguados alaban sin cuento ese tipo de faenas insoportables. Esto no tiene nada que ver, miren cómo obliga:




Llevando el toro ahí es imposible que dure más de tres tandas y media. Rafael Ortega decía que rematando atrás, no hay toro que tenga más de veinte pases. En el inicio de faena que pueden ver aquí yendo a partir de los 30'' es como si le pegase un par de puyazos más al pobre animal. Pensamos que no merecía tan duro castigo. Tiene que haber escuchado crujir sus vértebras:



Con ese tipo de toreo, así de bien rematado, todo son ventajas: los pases tienen hondura, el diestro es consciente de que no está engañando al personal a base de alivios y ese mismo respetable no sufrirá corridas de dos horas y media con más de doscientos cincuenta pases ya que los toros no tienen la duración que se les consiente con el destoreo. Lo de don Juan no tiene nada que ver con esto:



Ni con esto:



Ni con esto otro:



Tampoco esto:


Y que no saquen pecho los morantistas porque su ídolo vende demasiadas veces la misma bisutería aunque sus feligreses, tanto del tendido como de la crítica, se la compren a precio de zafiros:

FOTO: www.marca.com

Recordemos lo que decían toreros históricos asegurando que hay que llevar el toro ATRÁS. Empecemos con Chenel:

'a partir del primer muletazo es cuando el toro está más cerca y ahí ya te quedas colocado, le dejas la muleta puesta en la cara, le echas gusto, cargas más la suerte y TE LO PUEDES LLEVAR MÁS ATRÁS'

Guerrita:

 'cuando el animal llegue a jurisdicción y tome el engaño, se cargará la suerte, que se remata girando y estirando el brazo HACIA ATRÁS con sosiego, describiendo con los vuelos de la muleta un cuarto de círculo'

Camino:

 'en mi concepto, el pase hay que rematarlo un poquito POR DETRÁS del cuerpo del torero; nunca me ha gustado la línea recta perfecta ni tampoco el círculo cerrado, tiene que ser un semicírculo'

Manolo Vázquez:

'hay que llevar el toro con la panza de la muleta y rematar el muletazo DETRÁS'

Joselito Arroyo:

'si el toro es bueno, hay que torear DE DELANTE HACIA ATRÁS, de arriba abajo y de fuera para adentro'.

El Inclusero:

'resulta que ahora sale un chaval que está empezando y ya ha aprendido todo lo que no debe aprender nunca de las figuras, que es la pierna atrás, y la escondo cada vez más, me retuerzo más... Antes, eso de esconder la pierna era inconcebible'

Rafael Ortega:

'No es lo mismo colocarse en la pala del pitón y dejar la muleta en el costado, como hacen muchos ahora, que engancharlo delante y LLEVARLO DETRÁS. En uno le das el medio pase, o quizá ni eso, y en el otro le das el pase entero'

Pepe Luis Vargas:

'Para torear con pureza hay que cargar la suerte, cruzado y de frente. Hay mucha mentira ahora, con la pierna escondida y el echarse el toro afuera. Lo malo es que los aficionados y la prensa lo están aceptando. La prensa está hipotecada porque debe sacar publicidad de los toreros, acompañarlos a tentaderos, presentarles las conferencias... Están hipotecados y no lo dicen'

Donde Vargas dice 'hipotecada' pongan ustedes 'vendida'.

¿Estará de acuerdo Ponce con lo que dicen todos éstos? Pulsen aquí y la próxima vez que alguno de ustedes coincida con el de Chiva le leen eso a ver qué opina. Si se justifica diciendo que el toreo ha cambiado, le responderemos que el de antes era más hondo y más arriesgado y si sale con que hoy se torea mejor que nunca, no tragamos ni de broma (relean esta entrada).

Volvamos de nuevo al maestro Ortega para no quedarnos con el mal sabor de boca de las cinco imágenes anteriores. Sin descomponer la figura, a lo que da el brazo:




¿Inconvenientes? Podría haber uno, el que nos comentaba un buen amigo del blog un día que comíamos juntos. Nos decía que Ortega es un ingeniero fuera y dentro del ruedo. Argumentaba que su forma de torear busca tanto la perfección del científico que eso se traduce en un toreo al que quizá le falta espontaneidad para llegar más al aficionado. ¿Será que buscar la perfección implica caer en la frialdad? Ya nos dirán qué opinan ustedes.

Recuerden lo que decíamos aquí cuando todavía Ortega no había debutado en Sevilla:

'El día en que al ingeniero le salga en la Maestranza ese medio toro que va y viene insulsamente, volverá locos a los presentes. A la irreconocible plaza sevillana le gusta de manera incomprensible El Juli y también idolatra a ese Manzanares despatarrado y grotesco. Cuando Ortega tenga allí un torillo que le permita torear como Dios manda, los va a poner a todos de acuerdo en distinguir el oro del oropel. Nos apostamos lo que ustedes quieran'.

Disculpen la autocita pero es que eso lo escribíamos hace más de cuatro años. Sabemos que algún leyente del blog estuvo en Castellón y nos podrá confirmar si es verdad todo esto que decimos.

Pero el motivo de la entrada era alabar el capoteo de Aguado, que nos ha dejado con un sabor de boca inmejorable. Y luego dicen que en nuestro modesto blog nunca estamos contentos y que somos unos malajes hablando siempre de cosas negativas. 

Somos negativos cuando hay que censurar la trampa y la maturranga, que es muchas veces. Sin embargo, cuando aparece uno como Aguado, con esas miríficas verónicas, u otro como Ortega rematando bien los pases, siempre lo reconoceremos. Sólo faltaría. 

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

domingo, 10 de marzo de 2024

UN ¿BAJONAZO? BIEN EJECUTADO

El río baja revuelto en este inicio de temporada a cuenta de la polémica entre Luque y Roca. Recuerden que hablábamos de los vetos en general aquí, diciendo que no eran ninguna novedad en la tauromaquia.

El otro día salió el peruano en hombros de Castellón y algunos, quizás luquistas, criticaron que lo había hecho perpetrando un bajonazo. Salir por la puerta grande matando mal tampoco es ninguna novedad ya que lo vemos a menudo hasta en Madrid. Pero ¿fue un bajonazo lo que pegó? Luego lo decidimos, cuando veamos dónde cayó la espada.


Es verdad que se le fue la mano pero realizando la suerte como Dios manda. Observen abajo que se perfila a la distancia correcta, ni muy cerca ni muy lejos, en torno a los dos metros o incluso un poco menos. La mano de la empuñadura debería estar un poco más atrás, bajo la barbilla,  pero la cuestión es que no alarga el brazo para darse ventaja y así clavar casi antes de llegar a jurisdicción, como hace una gran mayoría:


Fíjense en la siguiente imagen porque no ha alargado el brazo cuando avanza. Además en el vídeo se aprecia que arranca con lentitud, dejándose ver. Lo ideal es hacer la suerte lo más lentamente posible y clavar la espada de manera que se pueda leer la marca en el filo. Esto último no es de nuestra cosecha, lo decían las crónicas antiguas. Asimismo da la impresión de que no tiene intención de girar el palillo para pegar el telonazo cegando al toro pero para confirmarlo hay que esperar. Los que usan ese ratimago se dividen entre los que avanzan con la muleta como si fuera un delantal y los que la giran en el último instante.


Pues no la ha girado, aquí abajo lo tienen. Tampoco ha llevado la mano por la andanada para clavar a capón:


Comprueben la diferencia con este otro maestro de quien no anotamos el nombre. Hemos cogido la imagen al azar entre muchas ya que la mayoría hace lo que éste:


Y ya verán en este vídeo que Roca pega un toque firme abajo con la punta del estaquillador para descubrir la muerte del toro. Es el torero que mejor lleva a cabo ese movimiento porque, para hacer eso, hay que tener mucho valor. Recuerden que lo contábamos aquí. Lo fácil es tapar la cara al toro y clavar de cualquier manera incluso cerrando los ojos o volviendo la cara hacia afuera. Y como casi todos van con la mano por la estratosfera, las espadas caen todas traseras. Consulten lo que decíamos aquí

Ahí está el toque descubriendo la muerte, lo volvemos a ver porque lo firmarían los más grandes del siglo XX: Fortuna, Varelito, Nicanor, Agüero, Freg, Manolete, Camino o Rafael Ortega.


Ya han visto que utilizando de esa forma la mano izquierda, la humillación del toro es total y Roca completa su buen hacer mirando el morrillo y no los pitones. Los egregios especialistas en la suerte suprema han afirmado siempre eso que ustedes han leído y escuchado toda la vida: la izquierda es la que mata. Decían que si la has movido bien, la espada entra sola.

Luego sucede una cosa extraña que en el vídeo no terminamos de aclarar y es que el diestro se trastabilla:


Cae en la raya con tan buena suerte que el toro acusa la estocada y no hace por él:


Y por último: ¿fue un bajonazo? En nuestra modesta opinión, no. Fue una estocada caída y pasada según se ve aquí:


Las estocadas que no se clavan en la cruz sino que se vienen del lado por donde vacía el diestro pueden ser de cuatro tipos yendo de menos a más lejanía respecto a la citada cruz: desprendida, caída, baja y bajonazo. Dejamos aparte el golletazo. La rinconera no es más que una estocada caída. Ya saben que el término lo acuñó Cañabate para dedicarlo a Ordóñez, quien tenía una habilidad especial para enterrar el estoque en ese rincón, donde además suele hacer mucho efecto.

En televisión suelen usar sólo dos términos: desprendida o baja. Lo de bajonazo únicamente lo citan en ocasiones demasiado evidentes y con derrame porque no es cuestión de molestar en exceso a los toreros con los comentarios. Esos mismos toreros sí deberían pedir que se incluyese en los calificativos lo de estocada caída porque es menos censurable que baja (antes habría que comprobar si saben distinguir estas sutilezas en cuanto a colocación). Nosotros así lo intentamos hacer en nuestro modesto blog. Los lectores habituales quizá se habrán sorprendido de que estocadas calificadas en televisión como bajas nosotros las dejamos en caídas, beneficiando al diestro sin criticarlo más de lo debido. Para que luego digan que vivimos en Talibandia...

En resumen, muy buena ejecución por parte de Roca aunque la espada se le fue caída y no baja ni por supuesto fue un bajonazo. Queda deslucida por el tropezón pero estamos ante la figura que mejor mata, no lo duden. Le sigue Talavante y después... nadie; entre las figuras, insistimos. Y entre el resto tendríamos que ir buscando con un fanal, como Diógenes. 

Otras cosas las podremos discutir pero para nosotros, aunque se solivianten los luquistas, está clarísimo que Luque no mata tan bien como el peruano ni de lejos. Nos referimos a la ejecución de la suerte, no a su posible efectividad. Es que no hay color.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

miércoles, 6 de marzo de 2024

PEÑAJARA EN VILLASECA: ¿Y ESOS PITONES?

Teníamos previsto asistir en directo a este festejo antes de ir a Castellón pero como se aplazó nos fue imposible. Pues menos mal que no hicimos el desplazamiento tras haber visto por televisión los pitones que exhibieron los de Peñajara. ¿Qué pasó aquí?



La corrida era muy atractiva sobre el papel. Además de los cinqueños de Rubio, Morenito es torero bueno cuando quiere, si no viene con la galbana. Castaño es de los pocos que torea mejor con la izquierda que con la derecha, a lo que une su condición de pinchaúvas. Gómez del Pilar es de los más valientes aunque sigue con su indecisión cuando está con la muleta. Los tres anduvieron con soltura, como si viniesen de torear cada día.

Pero esos pitones...



Los toros fueron lucidos en el caballo y metieron los riñones notablemente. No obstante, quedó demostrado que, sin pegarles duro, no aguantaban con firmeza toda la lidia. Lo vio Gómez ya en el tercero y a partir de ahí, los siguientes pasaron con picotazos aunque arrancándose con alegría de lejos.



En la muleta, nobleza y buen son de todos, con especial mención al mejor, el quinto, el único negro zaíno. Los leyentes cinqueñistas vuelven a pinchar en hueso porque el supuesto plus de la edad no existió. La presentación, buena solamente de morrillo para atrás porque esos pitones...



A este mismo encierro se le pega un monopuyacito cambiando el tercio acto seguido y en la muleta son el toro de duracel, con los tres diestros saliendo en hombros si entierran la espada (observen que no decimos si matan bien).

Iba a ser una corrida histórica ya que se iba a picar con las nuevas puyas de Sales-Fernández. Todo el mundo estaba de acuerdo, cuadrillas incluidas, pero salió Equigarce a decir que 'no es el momento de probaturas' (sic). La cuadra tiene su puyero y así todo quedaba en casa. 



El único que podría haberse impuesto era el alcalde contratando otra cuadra, cosa que era factible. No se quiso complicar la vida y lidió Equigarce con ese caballazo blanco monstruoso. 




Por supuesto que si Hijosa quiere precisar algo al respecto, abajo tiene la sección de comentarios. 

Está claro que si esos cuernos los tocó alguien, seguro que fue a espaldas de Rubio. No estamos en redes sociales e ignoramos si el ganadero ha puesto con toda justicia el grito en el cielo al ver que sus bonitos toros saltaban al ruedo con esas caritas. Ah, y el alcalde, que tanto presume de integridad en su plaza, también podría darnos su opinión acerca de esos pitones:




MORENITO DE ARANDA. El primero era un negro salpicado, bragado, meano, axiblanco y calzado de pies. Arrolló al diestro al arrodillarse a porta gayola. Recuerden aquí cuando tuvo una fea cogida en Vic haciendo la misma suere. Poco tiempo después, en la primera corrida que toreó volvió a irse a chiqueros para neutralizar el mal fario pero en Villaseca casi tiene un disgusto gordo:



Los pitones del toro:



Es de agradecer la buena intención del diestro al querer lucir el toro en el caballo. Lo puso tres veces y a distancia progresiva (en la tercera el piquero cambió de puya, no sabemos si sería de tienta). La cuestión es que el toro galopó pero salió agotado del envite. Observen dónde ha caído la primera puya porque César Jiménez tubo el desahogo de decir en televisión: '¡buen puyazo!' Es acongojante cómo insisten en engañarnos cuando lo estamos viendo:



Por cierto, Jiménez debería explicarnos eso que afirmó de que hay que valorar mucho el entrar a matar en la suerte contraria porque ahí el toro pesa más (?).

En banderillas el animal estaba ya aplomado de manera que en la muleta se derrumbó y hubo que apuntillarlo. En el momento en que se echó, las cámaras se fueron al público y no vimos nada más. Estos de La televisión de Castilla-La Mancha siguen igual de malos, como cuando perdieron la arrancada del toro de largo en el segundo puyazo o cuando están repitiendo mientras nos perdemos algo que cuentan los comentaristas que está sucediendo y no vemos... ¡porque ellos miran al ruedo y no al monitor!



En su segundo, un sardo ordinario, aprendió la lección y aunque lo volvió a poner tres veces, Marugán, que picaba en casa, se dedicó a pinchar olivas en una actuación nefasta donde marró dos veces y clavó otra en el costillar. Los pitones:



Sin apenas desgaste en varas, el toro embistió aunque protestando un poco. Moreno estuvo ultraderechista y nos dio la impresión de que al final no pudo del todo con el toro. Éste se lo demostró negándose a cuadrar.



Se perfiló demasiado lejos para dejar una casi entera, tendida y trasera que bastó.


DAMIÁN CASTAÑO. Su primero no era salinero como dijo De Blas sino sardo ojalado. Se ve que alguien le mandó un guasap y durante la lidia rectificó la pinta. 



Los pitones:



Tres entradas bien puesto en suerte pero saliendo suelto en todas a pesar de meter bien el riñón. A ese mamut blanco no hay quien lo mueva, ¡pobre toro!



Dio la impresión de que se orientaba en banderillas y en el último tercio pegó arreones. Castaño se mantuvo firme y el de Peñajara se acobardó y se tragó unos naturales de buen trazo. Ya dijimos que este torero, como Téllez, es de los poquísimos que están más a gusto sin la ayuda.



Pinchazo malo y bajonazo peor todavía. Las grotescas muecas que hace cuando se perfila deben de ser contraproducentes:



El quinto era el único negro zaíno (recuerden aquí que no todos los negros son iguales). Los pitones:



Muy bien el toro empujando con fe en el primero y muy mal el jinete como pueden comprobar. El segundo puyazo también fue de bravo pero con marronazo. Cuando esperábamos verlo galopar desde la otra punta en el tercero, se cambió el tercio, ¡qué pena!



En banderillas, el tal Saltarrijo estaba pendiente de todo, como los toritos bravos de verdad. Luego quería comerse la muleta de Castaño y se revolvía con ganas de cogerla.



Casi toda la faena fue con la izquierda, algo que esta temporada no veremos más veces que dedos tenemos en una mano. Lo bueno es que el toro era consciente de que lo estaban burlando y el diestro no podía confiarse ya que el de Peñajara no era de los que se torean a cincuenta pulsaciones:



El salmantino se colocó casi todo el tiempo en la pala porque por momentos el animal lo agobiaba con su codicia. ¿Quién ganó? Lo dejaremos en tablas aunque estamos tentados de dar la victoria a los puntos al de cuatro patas. Dos pinchazos a la carrera, media tendida y atravesada y un descabello. La mano izquierda la tiene de adorno al entrar a matar:



Dio una vuelta al ruedo de más valor que la mayoría de orejas que veremos este año. Lo decimos teniendo en cuenta el toro y el trasteo izquierdista, que agradecemos mucho ante el diluvio de derechazos con que se nos castiga cada tarde. No obstante, Castaño debería ser consciente de que en su carnet pone MATADOR  de toros y matar, lo que se dice matar, lo sigue haciendo fatal.


GÓMEZ DEL PILAR. Su primero era un castaño oscuro, listón, axiblanco, blando de pies y bajito de manos. Los pitones:



En varas la orden del madrileño a Sangüesa fue administrar sendas inyecciones en dos entradas. Había visto el agotamiento de los dos primeros ejemplares y quiso evitarlo en éste. No obstante, nos deleitó poniéndolo largo:



Y aun teniendo en cuenta los dos simples picotazos, también éste metió los riñones:



En la muleta quedó de dulce: noble, repetidor y blandito de remos. Ya van viendo lo que decimos de que los de Peñajara no fueron capaces de aguantar con solidez tres entradas al caballo. Gómez destoreó no sabemos si por no quebrantar más al toro o porque se ha tirado a lo fácil. Por ello escuchó algún pito aislado. Vaya desde aquí nuestra solidaridad con el protestante. Eso que ven es un toreo de una vulgaridad alarmante:



Tras más de cincuenta pases tuvo el feo gesto de encararse con la banda para que siguiera tocando. Muy mal, eso sobra y encima no es la primera vez que lo hace. Como se pasó de faena, el toro no cuadraba ni a la de tres. Estocada baja con el brazo elástico. Fue protestada suponemos que por el mismo aficionado de antes. Si llegamos a estar en el tendido, no se queda solo silbando. Oreja con una petición que en televisión pareció claramente minoritaria.



El último era un castaño salpicado, gargantillo, ojalado, rabicano y enmorrillado. Fue el de más trapío excepto por rabicorto y, cómo no, por los pitones:



Dos largas de rodillas en tablas y dos entradas donde no se lo castigó pero el toro empujó y se vino de lejos muy contento:



Con la muleta Gómez estuvo indeciso, como le sucede tantas veces. Parecía que no saber cómo meter mano al de Peñajara, que lo miraba y blandeaba a pesar del poco castigo anterior.



Enseguida empezó a quedarse debajo porque le faltaba el aire y fue entonces cuando por fin el madrileño se decidió a pegar el zapatillazo y echarse encima de él. Era tarde y la puerta grande ya se había esfumado. Ojo no haya que contar con una lesión del toro provocada por esa banderilla asesina:



Media caída haciendo el arco iris y dos descabellos.



En el haber del festejo anotaremos la buena disposición de los tres toreros durante el primer tercio y su solidez sobre el ruedo, sin que se notase su inactividad. 

En el debe, esos pitones que nos decepcionaron por pertenecer a divisa tan afamada y nos indignaron porque el público que paga merece más respeto. Nos gustaría confirmar que la indignación que sintió Rubio al verlos saltar así al ruedo fue la misma que la nuestra. 




Y desearíamos también saber qué iba diciendo Hijosa en privado. Cuando le interesa, tiene labia para criticar a tirios y troyanos sin dejar títere con cabeza. Alcalde, ¿qué pasó aquí? 




Porque el año pasado la de Mayalde tenía unos puñales de impresión, recuerden nuestra crónica y vean las fotos. Es que igual el año que viene lo mejor sería continuar con la beneficencia del festejo pero celebrando un festival. En ese caso, no nos quejaremos de nada pero tampoco tendremos ninguna intención de asistir en directo.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.